

Hace 10 años llegué a esta casa. Me trajo mi dueña Pepita en taxi desde Gijón. Yo pensé que ibamos de visita y ni siquiera todo el equipaje que traía me hizo sospechar otra cosa. Llegué con la cesta, la bolsa de comida, la cartilla del veterinario, mis juguetes y recién salida de la peluquería... a mí todo aquello me parecía algo raro . En la nueva casa me recibieron muy bien y casi no me enteré cuando Pepita se fue. La culpa de esta distracción la tuvo la pizza que me estaban dando para comer.....
Los primeros días estuve esperando a ver si me venían a recoger, pero pasaron los días, los meses y nada de nada. Yo por aquel entonces ya estaba muy contenta, comía, paseaba y lo mejor de todo nunca estaba sola.
Marta y Pepita me siguen visitando y siempre me traen regalos. Me gusta mucho que vengan a casa, pero eso sí, cuando ellas se van yo me quedo tranquila en mi cama....y hasta la próxima!